Las investigadoras Nelly Cerpa y Tania Brito se suman a las líneas de investigación de Comunicaciones ópticas y Nuevas fuentes de luz, en la Universidad de los Andes y la Universidad de Santiago, respectivamente.
La brecha de género en ciencias sigue siendo un tema a mirar con atención. En Chile, por ejemplo, y de acuerdo a cifras recientes del Ministerio de Ciencia, solo un siete por ciento de las mujeres que se titularon de alguna carrera lo hicieron en áreas científicas, tecnológicas, ingenieriles o matemáticas.
Esta brecha no es exclusiva de nuestro país, sino una tendencia mundial. Por ejemplo, según datos de Naciones Unidas, solo el doce por ciento de quienes integran las academias científicas nacionales corresponden a mujeres. Es decir, por cada mujer en la academia, hay nueve hombres en la misma posición.
En este escenario, destacamos la reciente incorporación de dos investigadoras posdoctorales al Instituto Milenio de Investigación en Óptica, MIRO.
Te invitamos a conocerlas.
De la astronomía a la óptica
Nelly Cerpa se tituló de Ingeniera Civil Eléctrica en la Universidad de los Andes, pero decidió seguir sus estudios de posgrado fuera de Chile. En esa búsqueda se radicó en Europa, donde primero pasó por el Institut d’Optique Graduate School (Palaiseau, France) para obtener su doctorado en el área de óptica adaptativa.
Esta área de trabajo la llevó a conocer de cerca el área de la astronomía, y es así como entre los años 2017 y 2021 fue parte del grupo de Óptica Adaptativa en el Observatorio Europeo Austral (ESO), en Garching, Alemania. Allí, aportó en el diseño y uso de telescopios, por medio de su especialidad: la evaluación y simulación sistemas de control para configuraciones en cascada de Óptica Adaptativa.
Este 2023, ya de vuelta en Chile, surgió la oportunidad de volver a su alma máter, la U. de los Andes, para trabajar como investigadora posdoctoral junto al profesor e investigador asociado de MIRO, Dr. Jaime Anguita, quien lidera la línea de investigación de Comunicaciones Ópticas.
“Mis expectativas, más que nada, son poder desarrollar mi investigación y contar con la colaboración de los investigadores que trabajan en MIRO, que son afines a lo que hago. Esta es un área de óptica adaptativa que no es a la que usualmente una está acostumbrada, como la de astronomía, sino que va más por el lado de las comunicaciones. Entonces, me encantaría poder tener ese feedback, para que me orienten, me ayuden y poder también ayudarles con mi experticia en óptica adaptativa, pero ahora aplicada al área de las comunicaciones”, destaca Nelly.
La química al servicio de nuevas fuentes de luz
Por su parte, en la Universidad de Santiago destaca la llegada de Tania Brito, quien se sumó como investigadora posdoctoral al equipo de trabajo del Dr. Dinesh Pratap Singh, académico del Departamento de Física Usach e investigador asociado de MIRO, quien es parte de la línea de investigación de Nuevas Fuentes de Luz, y cuya investigación se ha centrado principalmente en la síntesis y la caracterización óptica de cristales orgánicos no lineales, llamados específicamente Metal Organic Frameworks (MOF).
Al igual que Nelly, Tania también llega como investigadora posdoctoral a la universidad que la formó tanto en el pregrado, como en el posgrado, donde estudió Licenciatura en Química y luego un Doctorado en Ciencias de la Ingeniería, mención Ciencias e Ingeniería de los Materiales.
A esa vida académica, se suma también su experiencia como investigadora en diferentes proyectos Fondecyt, o su desempeño como docente en el Instituto del Medio Ambiente (IDMA) desde 2020. Ambos proyectos en los cuales el estudio de diferentes disciplinas ha sido central, algo que atrae especialmente a Tania.
“Ser parte de MIRO me permitirá participar en investigaciones multidisciplinares abordando otras áreas de mi interés científico, como el estudio de nuevos materiales fotónicos y su implementación en dispositivos optoelectrónicos”, asegura.
Y agrega que, mientras se mantenga en MIRO, “pretendo aportar en el diseño, síntesis y obtención de nanomateriales estables para el desarrollo de tecnologías de biodetección basadas en métodos ópticos. Específicamente, intentaré explotar las propiedades de los MOF y su interacción con otros tipos de materiales (puntos cuánticos de carbono) para la detección de analitos involucrados en procesos metabólicos y enfermedades. Además, estos nuevos materiales pueden ser de utilidad para el estudio de procesos fotónicos avanzados”.